Lolo habita en un barrio pobre de la periferia de la ciudad de México. Un día es asaltado y herido a la salida de la fábrica donde trabaja. Luego de una semana de hospitalización, Lolo pierde su trabajo y se ve obligado a buscar sustento. La muerte accidental de una anciana, a la que Lolo intentaba robar un reloj que su madre había empeñado, enfrenta al joven con la gente de su barrio y lo obliga a huir, lleno de culpa y vergüenza.